Cómo lograr fotos donde la luna luzca grande con solo tu cámara

Cómo lograr fotos donde la luna luzca grande con solo tu cámara

Foto de Gary Hart. Sony α7R II. Sony 100-400mm f/4.5-5.6 G Master + Teleconvertidor 2X. 1/25-seg., f/11, ISO 100.

 

Después de haber pasado todo el día viendo el paso de las nubes sobre el Valle de Yosemite, respiré aliviado cuando finalmente desaparecieron media hora antes del atardecer. Posado sobre una losa de granito sobre Tunnel View, pude ver los cálidos rayos del sol poniente trepar por la pared de granito de Yosemite. Los atardeceres siempre son buenos aquí, pero mi meta de esa tarde era la luna llena que saldría encima del Valle de Yosemite al cabo de cinco minutos. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R III. Sony 100-400mm f/4.5-5.6 G Master + Teleconvertidor 2X. 1/8-seg., f/11, ISO 400-

 

Sin nubes que pudieran preocuparme y sin otra cosa que hacer salvo esperar, dirigí mi ansiedad a la siguiente interrogante: ¿habré descifrado correctamente la salida de la luna? Revisé y volví a revisar más veces de lo que puedo contar, pero son muchas las cosas que entran en juego cuando se fotografía la luna con un lente telefoto, y el margen para cometer errores es mínimo. Sumaba ansiedad el hecho de que esta era la fotografía con telefoto de la luna más extrema que hubiera intentado nunca antes. 

Mis reglas para fotografiar la luna son simples: capturar tanto detalle como pueda tanto de la luna como del paisaje circundante en un sólo disparo (sin exposiciones dobles, sobre-escalado o reposicionamiento de la luna) y disfrutar el momento.

 

El lente apropiado para que la luna se vea grande

Me gusta que la luna sea un simple acento en una escena de ángulo abierto, pero siempre que pueda, también me gusta fotografiar la luna lo más grande posible. Y cada vez que hago una foto grande de la luna, trato de averiguar cómo podría hacerla aún más grande la próxima vez. 

A pesar del alboroto mediático cada vez que se acerca una “superluna”, el tamaño en que saldrá la luna en una fotografía depende de la relación directa con la distancia focal utilizada. Sea o no sea una superluna, si la fotografías con un lente 16mm saldrá como un punto insignificante, en cambio, hazlo con un 600mm (o más) y la luna dominará el encuadre. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α6300. Sony 100-400mm f/4.5-5.6 G Master + Teleconvertidor 2X. 1/400-seg., f/11, ISO 200.

 

Desde hace varios años mi lente favorito para hacer lunas grandes ha sido el Sony 100-400mm GM. Me gusta por su grado de magnificación y su nitidez, y también porque me da suficiente flexibilidad focal como para abrir un poco y darle entrada en el encuadre a uno o dos elementos escénicos. Aparte, aunque es demasiado grande para estar todo el tiempo en mi bolso, cuando de verdad quiero llegar al máximo una foto de la luna, llevo mi lente Sony 200-600mm G.

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R IV. Sony 200-600mm f/5.6-6.3 G. 1/25-seg., f/6.3, ISO 800.

 

¿La quieres más grande aún? El tele-convertidor Sony 2X se acopla muy bien tanto al 100-400mm como al 200-600mm, lo que me da total distancia focal hasta los 1200mm en mis cámaras full frame.

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R IV. Sony 200-600mm f/5.6-6.3 G + Tele-convertidor 2X. 1/3-seg., f/13, ISO 400.

 

Configuración de cámara

La cámara también importa. Mientras mayor sea la resolución del sensor, mayor capacidad de recorte obtendré para aumentar el tamaño de la luna sin perder calidad. Hasta hace poco, llegado al máximo la distancia focal en mi cámara full frame, solía cambiar a mi APS-C (1.5 de recorte) Sony α6300 para un aumento del 50% más en el tamaño de la luna, pero ahora la Sony α7R IV tiene más resolución en modo APS-C que la α6300, así que ahora uso full frame siempre. 

Otro aspecto importante a considerar es el rango dinámico. Con mayor o menor exactitud, la luna sale al ponerse el sol y se pone al amanecer, y por esa razón siempre que fotografiemos la luna, esta tendrá el brillo de luz de día contra un fondo oscurecido por el crepúsculo. Mientras mejor sea el rango dinámico de la cámara, más podrán captarse los detalles brillantes de la luna y el fondo con el resto de la escena oscurecido. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R III. Sony 100-400mm f/4.5-5.6 G Master + Teleconvertidor 2X. 1/8-seg., f/11, ISO 400.

 

Actualmente todos los cuerpos Sony tienen más que suficiente resolución y rango dinámico, pero en ambos aspectos la Sony α7R IV es imbatible (aunque me he dado cuenta de que mi α7R III tiene poco que envidiarle).

Asegúrate de no sobreexponer los brillos de la luna apenas sale. Es necesario bajar la exposición lo suficiente como para obtener toda la gama de texturas. Un truco para lograr una buena exposición podría ser probar la “regla de día soleado”, que consiste es poner la velocidad de obturación en 1/ISO y el diafragma en f/16. Esto funciona porque aunque en la Tierra estemos en el crepúsculo, sobre la superficie de la luna es pleno día soleado. Partiendo de allí, usa el histograma de la cámara en busca de picos brillantes para ajustar la exposición, tomando en cuenta la bruma en la atmósfera y así sacar el máximo provecho al rango dinámico de la cámara. 

Otra cosa: No se te ocurra, ni en sueños, hacer una foto de la luna en telefoto extremo sin usar un trípode sólido.

 

Locación, locación y locación

Para lograr una luna grande dentro de un paisaje hace falta más que un buen teleobjetivo. Si lo que importara fuera sólo el tamaño, para eso basta con usar el lente más largo que tengas, apuntar a la luna y llenar con ella el encuadre, y no es que eso tenga algo de malo, pero sin un paisaje que acompañe nuestra luna, nadie podrá distinguir si tomaste la foto en la cima de un glaciar en Nueva Zekandia, en una pared de granito en Yosemite o al lado del bote de basura en tu garage. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α6300. 250mm. 1/8-seg., f/8, ISO 200.

 

Está claro que subir la distancia focal para aumentar el tamaño de la luna disminuye proporcionalmente la profundidad de campo. Una de las cosas más difíciles cuando se quiere mostrar la luna en un paisaje específico consiste en encontrar un punto de vista con suficiente distancia para que entren al encuadre tanto la luna como los elementos terrestres. Por ejemplo, hay muchas (y grandiosas) fotos de Half Dome al lado oriental del Valle de Yosemite, pero la mayor distancia focal que se puede usar allí para que salga la luna y todo Half Dome es de aproximadamente 150mm.

Coordinar el movimiento de la luna (fase lunar, posición, alineamiento con el fondo escénico, distancia para con el sujeto y tiempos de salida y puesta de la luna) requiere un trabajo avanzado. Una vez seleccionado el fondo con el que quiero fotografiar mi luna, trato de encontrar el punto de vista más distante a él. Es entonces cuando debo descifrar el momento en que la locación, mi fondo y la luna estarán alineados. 

Cuando empecé a hacer fotografías de la luna, mucho antes de que existieran aplicaciones para teléfonos que hacen todo el trabajo pesado, tenía que referirme a tablas para conocer la fase y la posición de la luna en una fecha y hora específicos, esbozar manualmente la alineación en un mapa y aplicar el Teorema de Pitágoras para calcular el momento exacto de la aparición de la luna sobre el terreno, o su desaparición en caso de un amanecer. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α6300. 250mm. 1/3-seg., f/8, ISO 100.

 

Hoy día existen muchas aplicaciones que hacen esto de forma automática, como The Photographer’s Ephemeris o Photo Pills, por mencionar algunas. Son magníficas herramientas mediante las cuales los fotógrafos podemos acceder a todos los mapas que expresan con exactitud todos los datos sobre la salida de la luna en cualquier lugar de la Tierra. Tienen una pequeña curva de aprendizaje (así que no esperen hasta el último momento para planificar la toma), pero siempre será infinitamente más fácil que con mi método a la antigua. 

 

Sincronización

Cuanto más larga sea la distancia focal, más rápido se moverá la luna dentro del encuadre, así que para capturar  una escena con telefoto donde estén la luna y el paisaje simultáneamente, la luna debe estar muy cerca del horizonte. No basta con encontrar la luna en el horizonte, porque aunque a veces puede ser vista a plena luz del día, los contrastes que necesitamos para una foto sobresaliente son  posibles solamente al atardecer o al amanecer. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R II. Sony 100-400mm f/4.5-5.6 G Master + Teleconvertidor 2X. 1/25-seg., f/11, ISO 100.

 

Mientras más oscuro esté el cielo, más prominente se verá la luna, pero el paisaje estará más oscuro, lo que dificulta la captura de detalles en la luna sin que se pierda el fondo sombreado y se convierta en oscuridad total. Mi regla de oro consiste en capturar la luna llena o parcialmente llena cerca del horizonte durante los 30 minutos que se cuentan a partir de que el sol se empieza a poner (lo que variará según la latitud, el rango dinámico de la cámara y nuestro nivel de experticia manejando exposiciones). 

Todos los datos de sincronización temporal se hacen tomando en cuenta un horizonte llano. El ángulo que existe entre tu ubicación y el horizonte determinan cuándo se asomará la luna en ese lugar. Dado que la luna sale cerca del atardecer y se pone hacia el amanecer, y que además, en promedio, sale y se pone poco menos de una hora más tarde cada día, creo que la mejor hora y el mejor lugar para fotografiar la luna llena es en el este, durante el atardecer y antes de que el sol se oculte totalmente. De modo opuesto, es aún mejor hacer la fotografía hacia el oeste y durante el amanecer al día siguiente de haber entrado en fase llena.

 

Profundidad de campo

Con distancias focales extremas, se reduce al límite la profundidad de campo. La profundidad de campo no significa problema alguno cuando nuestro sujeto más cercano está aproximadamente a más de diez kilómetros de distancia, como por ejemplo, Half Dome. Pero cuando tu sujeto más cercano es un roble en una colina que está a menos de dos kilómetros, es absolutamente necesario considerar la distancia hiperfocal.

Por ejemplo, la distancia hiperfocal en formato full frame con lente de 800mm y apertura f/11 es más de un kilómetro y medio. Si enfocas en un árbol que esté aproximadamente a un kilómetro y medio de distancia, la luna quedará fuera de foco y viceversa. Pero si enfocas en algo que esté un poco más allá del árbol, digamos aproximadamente a dos kilómetros y medio, la imagen quedará completamente en foco. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α6000. 600mm. 1/25-seg., f/8, ISO 400.

 

Cuando no estoy muy seguro de a qué distancia está mi sujeto, la estimo al ojo lo mejor que pueda y me enfoco en algún punto más allá, y luego magnifico la imagen resultante para chequear su nitidez. Si mi punto de enfoque está dentro del encuadre, genial, pero no dudaré en quitar la cámara del trípode para enfocar algo que esté a la distancia correcta (para hacer esto es necesario usar el botón de foco anterior o hacerlo en modo manual, o la cámara perderá el foco al disparar). Siempre será mejor tener resuelto el foco antes de que salga la luna, lo cual es razón suficiente para llegar temprano a la locación.

 

Juntando todo

A donde quiera que vaya, siempre busco buenas ubicaciones para hacer fotos de la luna grande. Mi criterio es un sujeto prominente que destaque contra el cielo que tenga un punto donde ubicarme que esté lejano, bien al este o al oeste. Con el tiempo, he ido armando una base de datos mental de potenciales sujetos, como árboles en colinas cerca de casa, o paisajes icónicos como Half Dome, Monte Whitney y Zabriskie Point (Death Valley).

Al tener identificado el sujeto terrestre, hago mi mapa y marco en mi calendario el día propicio para estar allí. A veces supone la espera de un año o más para tener la alineación que deseo. El lugar que más monitoreo en busca de buenas alineaciones para lunas llenas es Yosemite, donde abundan sujetos prominentes con vistas distantes.

A finales de 2018 determiné que una mañana en particular de febrero de 2020 habría luna llena pocos minutos después del atardecer, entre El Capitán y Half Dome, justo detrás del Descanso de las Nubes. Marqué ese día en mi calendario, y a las pocas semanas preparé un taller de fotografía para ese día, porque siempre será más divertido compartir la experiencia con otros fotógrafos entusiastas. 

Es así como terminé sobre una losa de granito a más de cien metros de altura sobre el Valle de Yosemite, conteniendo la respiración en espera de la luna. A decir verdad, casi toda mi ansiedad se debía a mi grupo, que habían estado esperando este momento desde que se inscribieron en el taller. Habría sido una gran decepción si las nubes hubieran tapado la luna (o, no lo quiera el cielo, hubiera calculado mal), pero tengo experiencia en esto y siempre habrían más oportunidades. 

Calcular la exposición para fotografiar la luna que sale tras el atardecer es complicado debido al rango dinámico extremo, así que usamos las lunas de las dos primeras noches del taller para enseñarle a mis alumnos a confiar en los instrumentos de sus cámaras (histogramas y alertas de sobreexposición) y a ignorar la imagen en la pantalla LCD, algo así como volar un avión con el panel de instrumentos. Con dos lunas ya trabajadas, confié en que estaban listos. 

Yo también lo estaba. Monté dos cámaras en trípode: por un lado mi Sony α7R III con el lente 100-400 GM, y al otro lado mi Sony α7R IV con el 200-600mm duplicado con el teleconvertidor 2X Sony: un total de 1200mm. Pero eso no era todo. Normalmente disparo en full frame para recortar después (para mayor flexibilidad en la composición), pero por diversión, esa noche decidí poner mi cámara en modo APS-C para componer la escena con una distancia focal resultante de 1800mm (¡A 26 megapíxeles!). No pude resistir asomarme a mi visor electrónico para observar cómo se veían 1800mm de distancia focal. Con el equipo listo y sabiendo exactamente por dónde saldría la luna, jugué con varias composiciones mientras esperaba mientras chequeaba el foco, y alenté al grupo a hacer lo mismo. 

 

Foto de Gary Hart. Sony α7R IV. Sony 200-600mm f/5.6-6.3 G + Teleconvertidor 2Xr. 1/20-seg., f/13, ISO 200.

 

Cuando apareció la brillante luna plateada sobre el Descanso de las Nubes a las 5:33 exhalé y empecé a disparar. Es sorprendente lo rápido que se movía la luna a lo largo y ancho de un encuadre a 1800mm, así que los minutos siguientes fueron un recuerdo borroso (afortunadamente mis imágenes no lo fueron). Ajustar composición, exposición y foco en dos cámaras se siente como si uno fuera un baterista de jazz, pero me las arreglé para fijar seguimiento a la luna en ambas cámaras. También me tomé algunas pausas para maravillarme con la vista. 

Antes de que el brillo de la luna bañara al Descanso de las Nubes, el cielo empezó a teñirse de rosado, así que subexpuse ligeramente para evitar que el brillo de la luna velara este color. En menos de tres minutos, la luna salió del encuadre y tuve que abrir la composición. 

El encuadre que ven aquí es exactamente lo mismo que yo veía en mi visor electrónico (no ha sido recortado en postproducción), equivalente a un total de 1800mm de distancia focal que llena toda la extensión del encuadre. Me extendí en esta nota no para decir que nunca más necesitaré un lente más grande, pero sí que, por ahora, estoy sin duda muy satisfecho.