Los amantes de la fotografía tenemos claro que la iluminación es la clave para que nuestras imágenes tengan gran impacto y expresividad. La luz es la materia prima de la fotografía. Tenemos que saber conocer sus ventajas, propiedades y características para poder manejar ambos tipos de luz y saber equilibrarlas en caso de utilizarlas simultáneamente. La luz natural es la que proviene del sol o incluso de la luna y las estrellas cuando hacemos fotografías nocturnas. Recordemos que entre las cualidades de la luz tenemos la temperatura del color, intensidad, dirección y calidad de la luz. La luz solar cambiará todas sus cualidades a medida que transcurre el día, por lo que tenemos que tomar en cuenta todos estos factores para hacer nuestras tomas de la mejor manera posible. La luz artificial es toda aquella que proviene de medios creados por el hombre como la luz de las velas, todos los tipos de bombillos y los flashes. Esta fuente de luz también tiene igualmente sus cualidades y también debemos considerar su dirección, calidad, intensidad y dirección a la hora de componer nuestras fotografías. Vamos a hablar de las ventajas y desventajas de cada tipo de iluminación para que las conozcas mejor y aprendas a utilizarlas por separado o combinadas para obtener excelentes resultados.
La luz natural: ventajas y desventajas
La luz del sol está allí durante todo el día por lo que es gratis y siempre accesible, en primer lugar. Tiene la ventaja de producir la iluminación más real y le da naturalidad a tus fotos. En el caso de la fotografía de retratos en exteriores, este tipo de luz es la preferida de los fotógrafos y cineastas por la fuerza expresiva que posee. Para aprovechar todo el potencial de la luz natural, debes observarla con detenimiento.
Para empezar, debes observar la dirección de la luz, para saber ubicarte bien. La luz puede venir en todas las direcciones, cuando se trata de la luz natural, la puedes conseguir en forma de contraluz, luz directa, luz lateral, luz nadir y luz cenital o desde arriba. El contraluz se da en situaciones de atardecer, generalmente, por lo que puedes aprovecharla para hacer siluetas de luz, definir perfiles, realzar objetos o flores o cualquier motivo que le incida de manera posterior. La luz cenital, no es tan aconsejable en retratos por las sombras que producen en la cara, en ese caso, espera a que la luz incida de manera más lateral para que sea más artística y las sombras las puedas atenuar con un rebotador. La luz nadir no ocurre mucho naturalmente, por lo que se puede usar de manera indirecta si la rebotas sobre tu sujeto con un rebotador. Dependerá de la ubicación y de la manera en que sepas aprovecharla por lo que estudiar su dirección es vital para poder planificar tu toma.
Por supuesto medir la intensidad y observar si es dura o difuminada, en caso de que el sol esté incidiendo de manera directa o indirecta sobre el motivo. Ten en cuenta su temperatura, para hacer el balance adecuado, recuerda que la luz de día tiene una temperatura más alta y la luz de la tarde o en la mañana una temperatura más rojiza. Una vez tengas todos esos factores controlados, el único detalle que debes prever es que la luz natural suele ser cambiante. Esta es una de sus principales desventajas, por cuanto es un poco impredecible si de un momento a otro, se nubla el cielo, lo que hace que la medición en la lectura del exposímetro de la cámara cambiará y tengas que hacer nuevamente ajustes para que la foto no te salga subexpuesta, o si por el contrario estás haciendo fotos en un cielo nublado y sale el sol, no te salgan sobreexpuestas.
Aprender a manejar la luz natural es imprescindible a la hora de hacer fotos en exteriores. Saber adaptarte a las condiciones de luz es fundamental para iniciarte en el arte de la iluminación natural. Si quieres hacer un retrato a la hora de la puesta de sol, es importante que tomes en cuenta que se producirán fuertes sombras. Si lo que quieres es una foto bien contrastada y con un efecto dramático, es perfecto, pero si quieres suavizar un poco las sombras, debes llevar un rebotador para rellenarlas, o en casos extremos dependiendo del efecto que quieres lograr, podrías usar un flash combinando ambos tipos de iluminación para obtener mejores resultados.
Otra ventaja de la luz natural es que te brinda diariamente dos momentos mágicos durante el alba y el anochecer. La hora dorada y la hora azul. La hora dorada es cuando se va a poner el sol y esa tonalidad inunda todo el paisaje. La tonalidad dorada, amarilla y naranja es lo más característico de esta hora. Es quizás el mejor momento del día para hacer retratos, fotos de monumentos naturales, naturaleza o arquitectura. Durante esta hora los colores son muy brillantes e intensos. El cielo cobra un color azul profundo que contrastará con el dorado de los objetos producto de la luz del sol. Es particularmente bella para hacer fotografías de paisajes, naturaleza e incluso retratos artísticos. La hora azul es la luz justo después de la puesta de sol, cuando desaparecen los tonos dorados que suele darle una tonalidad azul intenso al cielo. Durante ese momento, la iluminación decrece por lo que es importante tener a la mano un trípode y se pueden obtener maravillosas imágenes de paisajes y ciudades (donde podrás ver el contraste entre el azul del cielo y los postes de luz). Este momento mágico es perfecto para hacer fotos de la salida de la luna que la verás cerca del horizonte en los momentos de luna llena.
La luz artificial: pros y contras
La principal ventaja de la luz artificial es que puedes controlar su dirección, intensidad, calidad y temperatura, por lo que es mucho más moldeable y predecible. La principal desventaja es que suele requerir gran cantidad de equipos y suelen ser generalmente costosa. No obstante, la facilidad de poder planificar tu sesión a cualquier hora del día, es algo que no puedes hacer con la luz natural. Por otro lado, la luz artificial tiene la cualidad de poder imitar la luz natural. Debes practicar y aprender a utilizar cada fuente de luz artificial en tu beneficio para lograr el dominio absoluto de la iluminación como todo un profesional. Este tipo de iluminación es la que se utiliza en casi todos los tipos de fotografía publicitaria, por cuanto los presupuestos suelen ser altos y normalmente el tiempo para realizar las sesiones es limitado y no se puede depender de la luz natural exclusivamente. La luz artificial te sirve para crear ambientes a tu antojo. En la fotografía de gastronomía, puedes poner filtros a tus flashes y crear el efecto de ventana para crear bodegones llamativos.
Aprende a combinar la luz natural y luz artificial
Lo ideal para lograr una buena fotografía es que aprendas manejar la iluminación de tu preferencia. Habrá situaciones donde preferirás usar la luz natural en lugar de la luz artificial, aun cuando hayas dispuesto de flashes o luces de estudio para una sesión. Será cuestión de criterio y de que sepas discernir cuándo es mejor usar una iluminación u otra y cuándo puedes combinar ambas. El dominio de ambos tipos de iluminación sólo te lo dará la práctica. El uso de la luz natural como la luz artificial exige destrezas y habilidades en cuanto a saber ajustar los controles de velocidad, apertura del diafragma, balance de color y el ISO para lograr la foto perfecta. En ocasiones la luz artificial es el complemento perfecto de la luz natural. Usando uno o dos flashes portátiles podrás combinar la belleza de un atardecer, con un relleno sobre un retrato para que se pueda lograr esa naturalidad que buscas en este tipo de fotos. La luz natural será la más fácil de usar por lo que es la que tendrás a la mano en todo momento. Si aprendes a dominar la luz artificial y combinarla con la luz natural verás que lograrás mejores resultados.