El Sony Alpha Partner Sebastián Di Doménico es un biólogo y fotógrafo colombiano de vida silvestre enfocado en el campo de la herpetología, que es la ciencia encargada de estudiar, evaluar y cuantificar los anfibios y reptiles. Además, es orador, líder de talleres y conservacionista ya que su gran experiencia en el campo lo ha llevado por varios bosques de Ecuador, Brasil y Colombia para guiar a herpetólogos, fotógrafos de vida silvestre, documentalistas y entusiastas de la naturaleza. Sus fotos han sido publicadas en numerosos medios internacionales como National Geographic, The Guardian, Biogeographic Magazine, entre otras. Sebastián es un ambientalista cuya convicción es ayudar a los ecosistemas en peligro de extinción a recuperarse y a protegerse a través de iniciativas como Salvemos el Chocó y ha estado trabajando en la Fundación Ecotrópico Colombia en diferentes iniciativas de conservación.
¿Cómo y cuándo te iniciaste en el mundo de la fotografía de conservación?
Cuando recorría mis primeras salidas de campo de la universidad y volvía a la ciudad de Bogotá, le mostraba a la mayoría de mis amigos los animales que me había encontrado. Me encontré fascinado por el hecho de que nadie sabía que las fotos que había tomado eran de animales de Colombia o desconocían que ese tipo de animales podían existir. Fue ahí, a finales del 2015 que decidí utilizar la fotografía como una forma para concientizar, inicialmente a mis amigos, sobre lo increíble que es la diversidad de Colombia.
Mientras avanzaba en mi proceso fotográfico y escuchaba a otros grandes fotógrafos, ellos mencionaban la responsabilidad que tenemos todos aquellos que trabajamos con la imagen de mostrar la realidad que enfrentan nuestros bosques y nuestros ecosistemas. Fue ahí que empecé hacer un poco más de trabajo periodístico pero siempre ha estado en mi corazón retratar la belleza de sus bosques.
¿Cuáles son los desafíos más importantes con los que se enfrenta un fotógrafo de naturaleza y conservación en Latinoamérica?
Yo diría que los desafíos más importantes que enfrenta un fotógrafo de naturaleza o de conservación en latinoamérica es simplemente sobrevivir. Esto último no lo digo por los riesgos que tengamos que enfrentar con la fauna si no que vivir de este negocio no es tan fácil y es de las pocas áreas de la fotografía donde el verdadero negocio se encuentra en un servicio y no en las fotos. Yo personalmente vivo de mis tours fotográficos en los cuales llevo gente a sitios interesantes para hacer fotos y utilizo mi experiencia como biólogo para ayudarles a encontrar animales. Las fotos me dan reconocimiento pero a diferencia de las otras áreas como el periodismo, la fotografía de bodas, o la fotografía de producto es un poco más complicado lograr mantener una subsistencia. Eso sin mencionar que si vamos a documentar fotográficamente con fines de conservación es probable que estemos poniendo nuestra propia vida en riesgo al intentar documentar actividades ilegales o procesos que vayan en contra de una tradición o afectación.
Tu especialidad en la herpetología te ha permitido fotografiar cientos de anfibios y reptiles silvestres en los bosques tropicales de Ecuador, Brasil y Colombia. ¿Cómo has logrado manejar este tipo de especies cuando son venenosas especialmente al hacer la serie de fotos sobre fondo blanco?
Mi experiencia previa como biólogo me ha dado ciertas herramientas para manejar esos escenarios que muchos considerarían un poco locos. He tomado un par de cursos de manipulación de serpientes y he trabajado de la mano con expertos que me han enseñado algunos trucos. No soy tan atrevido como para mandarle mi mano a la cabeza de una víbora pero ya me siento más cómodo cuando tengo un gancho herpetológico frente a ellas. A la hora de realizar esas fotografías en estudio de fondo blanco es importante tener algo de espacio en caso en que el animal se ponga inquieto y ser muy considerado con el animal ya que este no se encuentra en su entorno natural y qué puede estar un poco estresado. Por lo tanto el bienestar de la especie debe ser nuestra prioridad casi en todos los escenarios y tener un protocolo de manejo para minimizar los riesgos que pueda tener la especie. No recomiendo realizar esto en casa sin la presencia de un experto!
¿Cuál ha sido la especie más difícil de fotografiar para ti hasta ahora?
Lo primero que viene a mi mente con esa pregunta es el Jaguar. He intentado muchos viajes para visitarlo en Colombia y otros países sin éxito. Un par de ocasiones he estado cerca del animal y de hecho me han llamado porque lo han avistado cuando llego a la locación sigo sin tener éxito. No he podido ni siquiera verlo a pesar de todos los viajes y sé que podría conseguirlo fácilmente en otro país como Brasil. Existe un valor intrínseco en encontrar un jaguar colombiano que no puedo describir en palabras pero es mi objetivo de los próximos años lograr encontrarlo.
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Como guía y líder de expediciones fotográficas, ¿cuáles son las recomendaciones que le haces a tus alumnos y amantes de la fauna silvestre?
Siempre suelo recomendar que vayan muy preparados para los ecosistemas que vamos a visitar. Las necesidades que se tienen a la hora de visitar el páramo cuando buscamos osos o por la selva cuando buscamos ranas no son las mismas y tenemos que tenerlas presentes para poder trabajar cómodos. En esta línea de trabajo la paciencia es muy importante y muchas veces tenemos que esperar o caminar mucho tiempo y mantenernos cómodos es importante para poder aguantar el tiempo que se necesite.
¿Qué equipos consideras indispensables para llevar a la hora de ir a una expedición fotográfica en la selva?
Contestando estas preguntas con honestidad yo podría ser la peor referencia para esta intriga. Muchas veces he priorizado mi equipo fotográfico antes que mi ropa con tal de poder llevarme una buena foto a casa. En ese sentido creo que lo más indispensable es tener la cámara siempre al lado. Obviamente existen algunas cosas pequeñas como repelente y bloqueador solar pero para mí sólo son indispensables dos cosas en la selva. Mi cámara fotográfica y mis botas de caucho.
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¿Cuáles son tus equipos fotográficos predilectos en tus proyectos de fauna silvestre?
Hoy en día si tuviera que escoger qué equipos podría llevarme a una expedición claramente en el tope de mi lista está la Sony Alpha1. Es una cámara que puede rastrear cualquier animal sin importar que tan rápido sea y que me va a dar una calidad de imagen espectacular. Esto sin mencionar que como tiene un sensor apilado puede realizar captura de imágenes completamente silenciosas en escenarios de acción sin efecto de rolling shutter, lo que resulta perfecto para no espantar animales. Además de la cámara buscaría tener lentes para los escenarios de telefoto, macro y gran angular. Hoy en día el tema del peso es importante si vamos a caminar varias horas en calor o humedad por lo que intento priorizar el peso de mis equipos. Con esto último en cuenta, me encanta el teleobjetivo 200-600 mm de Sony como telefoto principal. Utiliza un 90 mm como lente macro y últimamente estoy utilizando el 20-70 mm f/4 de Sony para mi trabajo documental y paisaje por su versatilidad en el peso y tamaño.
¿Cuáles son tus proyectos actualmente tanto a nivel fotográfico como de conservación?
Actualmente tengo varios proyectos fotográficos andando. En este momento concentra la mayoría de mis esfuerzos en retratar los osos de anteojos del parque nacional Chingaza, a 2h de Bogotá. Estoy intentando realizar un proyecto del libro fotográfico con los osos que intento enviar portafolio fotográficos de mi trabajo para diferentes ONG’s y concursos internacionales. También, tengo el objetivo de viajar por diferentes áreas protegidas de Parques Nacionales para ayudar al equipo de comunicaciones a mostrarle al resto de Colombia las especies más bonitas de nuestras áreas protegidas.
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Háblanos un poco sobre tu labor en los proyectos conservacionistas como Salvemos el Chocó y la Fundación Ecotrópico Colombia.
Hace unos años cuando trabajaba en Ecuador la empresa con la que yo me encontraba tenía un convenio con una entidad llamada Save the Chocó. En Ecuador su ecosistema del chocó no está tan preservado como el nuestro. Allí sólo queda el 2% del bosque original y el resto a sido consumido por cultivos de palma por lo que cuidar lo que quedaba del chocó era muy importante para nosotros. Por medio del trabajo que hacíamos con la empresa retratamos muchas de las especies icónicas de la región para alimentar campañas de conservación que fomentaron la compra de hectáreas que convirtiéramos zonas deforestadas en áreas reforestadas. Un día durante una expedición logramos encontrar una rana que se creía extinta en Ecuador o era muy difícil de encontrar. Gracias a Save the Chocó Y a las personas con las que trabajaba pudimos llevar esa historia a la página web de National Geographic para celebrar el hallazgo y lograr recaudar fondos para convertir esa zona en 1 a protegida.
En el caso de Eco trópico Colombia, ellos fueron de las pocas fundaciones que creyeron en la importancia del trabajo fotográfico como el mío y fueron de los primeros en abrirme las puertas para desempeñar mi trabajo. Con ellos tuvimos varios proyectos desde cultivo de palma y depredación de culebras hasta intentar convertir una población en el güila en amantes de las aves para proteger los bosques.
¿Qué le dirías a un fotógrafo que se está iniciando en el mundo de la fotografía de fauna silvestre y conservación?
Existe una frase que me dio un profesor mío durante mis clases de biología en mi segundo semestre de la universidad y hoy en día la recuerdo casi todos los días cuando trabajo. Nunca dejen de fascinarse por el mundo natural. Pienso en esas palabras todos los días y es la gasolina que mantiene este motor funcionando. Yo personalmente tengo un profundo amor a mis anfibios, reptiles y osos pero lo importante es que ustedes persigan esos animales que tanto desean y tengan muy claro que tal vez tomen más de un intento fotografiarlos.